domingo, 17 de mayo de 2009

Reiki y los chakras

Cuando canalizamos Reiki podemos colocar las manos o la mirada en cualquier lugar del cuerpo, e incluso no movernos de ahi. La sutil vibración de la energía conciente se va a mover solita y va a dirigirse a donde haga falta en el cuerpo del receptor.
Sin embargo, es muy popular la utilización del sistema de chakras, porque hace que esto sea más simple y eficiente, y nos da un papel un tanto más activo de acuerdo a lo que podamos ir intuyendo a lo largo de la sesión.
El enfoque basado en chakras y nadis es hindú, pero es totalmente equivalente al sistema de meridianos y puntos energéticos chinos y japoneses.
El cuerpo humano tiene siete centros principales de energía llamados chakras. Junto a 21 centros secundarios y otros más pequeños, suman en total unos 350 puntos que, como se dijo, coinciden con los puntos que se utilizan en acupuntura, shiatsu, acupresión, etc. Los nadis son canales por donde circula la energía vital.
“Chakra” es una palabra sánscrita que significa rueda y fue el término utilizado por los antiguos hindúes para describir los centros de la energía en movimiento del cuerpo humano. Dependiendo de la frecuencia de las vibraciones, cada chakra puede ser percibido en su propio color. Los chakras principales están ubicados en diferentes lugares a lo largo de la columna vertebral, desde el cual distribuyen la energía vital a los órganos del cuerpo. También hay chakras secundarios importantes en Reiki, los chakras de las palmas de manos y pies.
Los nadis son canales de energía similares a los meridianos de la acupuntura. Nadi, en sánscrito, significa “río” o “corriente”. Están ubicados sobre el cuerpo físico y se extienden hacia fuera, hasta el cuerpo etéreo o las siguientes capas de energía. En el antiguo sistema de salud de la India (Ayurveda), se menciona la existencia de 72.000 nadis en el cuerpo.
Los chakras y nadis que se utilizan en el primer nivel de Reiki son los que se originan en la coronilla y pasan a través del tercer ojo, la garganta y el chakra del corazón, y se dividen en dos subcanales, recorriendo cada brazo hacia las manos, terminando en los chakras de las palmas.

Como es una sesión de Reiki

Una sesión de Reiki consiste básicamente en canalizar energía hacia nosotros mismos o hacia otra persona. Esta canalización puede hacerse hacia un lugar específico o bien a través de una recorrida por el cuerpo entero de una persona, dependiendo de lo que la intuición nos indique.
La mayoría de los tratamientos se hacen con el receptor acostado, y si es necesario, cubierto con una manta. El reikista va colocando sus manos (tocando o aplicando a unos centímetros del cuerpo) empezando por la cabeza y terminando en los pies. Cada posición de las manos es mantenida durante unos minutos sobre el lugar. A veces se da de frente y espalda, o se reparte durante las diferentes sesiones del tratamiento. El receptor siempre está vestido, no se administra ningún tipo de sustancias y las posiciones de las manos son siempre sobre zonas que no vulneran la intimidad de la persona.
Es fundamental la armonización del lugar, que como mínimo debe estar limpio, ordenado y con luz tenue, y es muy conveniente utilizar música de relajación. Inciensos, velas y demás son pequeños lujos no imprescindibles. El reikista invita al receptor a relajarse, a concentrarse en su respiración y a dejarse llevar o meditar, si tiene práctica en ello.
Durante la sesión el receptor suele sentir una profunda relajación. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada en el resultado final. Y en la zona concreta donde se están colocando las manos, suele sentirse un "cosquilleo", calor o frío según la energía fluye a través de tu cuerpo. Muchas personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar", o sienten emociones que salen a la superficie.
El reikista generalmente siente al canalizar un calor o un cosquilleo en la corona de la cabeza. Esto es debido a que la energía entra por el chakra coronario, el centro energético que nos conecta con Reiki. Durante la sesión, la energía fluirá “dentro” del reikista y “pasará” por el canal que ha sido abierto hacia el receptor. Por ello, ambos están recibiendo energía universal, y para el iniciado dar Reiki es tan beneficioso como atesorarlo en un autotratamiento.
A modo de tratamiento, se recomienda una serie de 4 o 5 sesiones no muy distantes unas de otras. En la mayoría de los casos ese numero de sesiones es suficiente para experimentar resultados tangibles, que pueden llegar a apreciarse en seguida, o días después de haber finalizado el ciclo. Cuando damos reiki, aunque no sintamos demasiado el fluir de la energía, debemos confiar en que, si seguimos las instrucciones de nuestro maestro, hemos canalizado correctamente y que Reiki queda actuando en el cuerpo del receptor, por lo cual no hace falta repetidas e interminables sesiones.

Crisis de sanación, crisis curativa o reacción radical
La canalización de Reiki produce una intensa activación de los procesos naturales de autoequilibrio físico y emocional, lo cual puede llegar a dar lugar a lo que se denomina crisis de sanación. No siempre sucede, pero debemos estar atentos a ello. La crisis curativa es algo así como una expulsión simbólica que el cuerpo hace de los bloqueos, o de las energías negativas que los producen. Cuanto más arraigada esté una dolencia física o espiritual en nosotros, más fuerte puede llegar a ser esta reacción.
Esta expulsión suele manifestarse como diarrea, sudoración excesiva, tristeza o angustia, alguna sensación de temor repentina, intensificación momentánea de los síntomas de una enfermedad, etc. En general, como algo que puede no molestarnos necesariamente, pero que sentimos como “fuera de lugar”. Es un fenómeno que, se considera, sobreviene como resultado del esfuerzo que ejerce nuestra propia fuerza autocurativa para imponerse al problema.
Es importante tener en claro que este agravamiento o expulsión es una manifestación positiva que nos indica que el proceso de armonización y limpieza está en activo.
La forma de proceder durante una crisis curativa es muy clara: debe advertirse al receptor que, lejos de preocuparse, debe continuar con los tratamientos de Reiki o incluso incrementar las sesiones, dado que esta crisis es un indicativo claro de que vamos por el buen camino.

Temores: lo que Reiki NO es

Es bueno tocar el tema de los temores e impedimentos comunes que pueden llegar a trabar nuestra confianza y nuestro desarrollo como reikistas.
El primer lugar lo ocupa la impresión de que todo puede ser un engaño y una inocente autosugestión. Este temor suele disolverse rápidamente tras los primeros tratamientos y los resultados que se obtienen en ellos (siempre y cuando seamos razonables en lo que “pedimos” al Reiki).
A veces esto viene acompañado de la dificultad de tener una percepción sensorial del fluir del Reiki a través de nuestro canal interno, pero en los casos que ello sucede los resultados mismos suelen relajar la confianza del reikista y con ello se abre el cuerpo a las nuevas sensaciones. Es muy importante no confundir el hecho de canalizar Reiki con nuestra capacidad de percibirlo físicamente. En un caso estamos hablando de la esencia misma de la sintonización con la energía universal, mientras que en el otro hablamos de una cuestión puramente interna y personal: hay personas que tiene un grado de sensibilidad mayor a fenómenos energéticos, y son capaces de percibir enseguida el flujo del Reiki, mientras que otras tardan un poco más.
Otro temor frecuente es el de estar dentro de una secta, círculo mágico o cualquier otra organización que implique creencias forzosas. Ya se dijo que nada más alejado de ello. En realidad, el Reiki es tan independiente como sistema, que admite que cada cual le encuentre el fundamento y raíz donde lo desee, según sus propias creencias particulares.
Otra cosa común es suponer que ciertas personas, especialmente en ambientes burgueses, puedan llegar a mofarse o creernos “raros” si se enteran de que estamos haciendo un curso de Reiki. Si bien hay mucha gente de mentalidad estrecha que puede hacernos sentir incómodos, generalmente la reacción no suele ser de burla sino más bien de sorpresa y de curiosidad. Además, hay que animarse a difundir el Reiki y que somos reikistas. No solamente como contribución genuina a la evolución de la raza humana, sino que además comprobaremos que no estamos solos. Es muy probable que tengamos más de un amigo reikista que nunca nos dijo nada por sentir la misma “vergüenza” que nosotros podemos llegar a sentir al contarlo.
Por ello es útil estudiar definiciones “mundanas” para explicar a los amigos de qué se trata esta cosa tan extraña que estamos aprendiendo. El propio sensei Usui dedicó una importante sección del Hikkei a lo que denominó “Explicación de la Instrucción para el Público”, para explicarlo a gente ajena a estos asuntos.
Sólo una vez en la vida se inicia uno en un grado de Reiki, por lo cual se trata de una ocasión para celebrar. Concederse a uno mismo la serenidad que se necesita para entrar en la Energía sin dudas no es un requisito esencial, ya que de cualquier forma, las ceremonias iniciáticas nos van a transformar en un canal Reiki. Pero siendo alegres y receptivos, podremos disfrutar del seminario de principio a fin como un momento único y colmado de sensaciones que no se olvidan nunca más.

Reiki cotidiano

Los 21 días iniciales
A la sintonización en cualquiera de los niveles sigue un proceso depurativo de 21 días (como mínimo, podemos extenderlo si lo creemos conveniente) de meditación y/o autotratamiento, luego de lo cual podremos empezar a dar Reiki a otras personas en base a la preparación que hemos recibido y a la experiencia personal que hemos acumulado durante el período depurativo. Se recomienda que para dar Reiki a personas extrañas a nuestro circulo habitual, o cercanas pero con manifiestos bloqueos energéticos, estos 21 días se extiendan un poco más, y que si nos gusta dar Reiki a otros lo hagamos sin miedo pero manteniendo la conducta del autotratamiento cotidiano.
Este lapso de 21 días es lo que verdaderamente nos va a terminar de abrir y proteger como canales. La sintonización inicial que hace el maestro solamente sirve para que podamos conectar de forma sencilla y segura con Reiki, pero la conexion y depuración definitiva depende de nuestro propio trabajo. Una vez finalizado también nos encontramos formalmente habilitados para iniciarnos en el segundo nivel, aunque es prudente esperar cuando menos unos meses para que se asiente el nuevo nivel vibratorio.

El Reiki en la vida diaria
Asumir el Reiki como forma de ver la vida no representa en verdad demasiado esfuerzo. Las sugerencias fundamentales son simples: tratar de enfocarnos en que todo lo que hacemos sea solo por hoy, sin votos eternos; en base a esto tratar de cumplir los cinco principios; y finalmente tratar de continuar de manera más o menos regular con meditaciones, tratamientos o autotratamientos, que nos mantengan limpios y abiertos. Respecto de la conexión no debemos preocuparnos ya que no se cortará nunca. Podemos dejar de hacer Reiki por años, y cuando decidamos retomar estará ahí esperándonos.
Otras formas de acompañar el proceso que el Reiki hace en nosotros es acomodar algunos hábitos cotidianos para tratar de que nuestro crecimiento sea armónico en todos los niveles. Concretamente se recomienda asumir una actitud responsable frente a nuestra salud, en base a una mejora en la dieta y en los tiempos que destinamos a nuestro descanso. Aclaro que esto no es Reiki ni tiene nada que ver con la canalización, pero puede ser una buena herramienta para incorporarlo a la vida cotidiana.

Enraizamiento, el “sexto principio”
Este es, a mi criterio, un concepto a tener tan en cuenta como uno más de los principios del Emperador Meiji.
Enraizamiento significa básicamente dos cosas: por un lado, y en un sentido amplio, no perder pie con la vida “anterior”, con el mundo acelerado en que estábamos inmersos antes de iniciarnos en este sistema, y cuyo ritmo ahora -desde Reiki- podemos llegar a ver con cierto desencanto o desaprobación.
El trabajo con Reiki es una conexión muy sutil con la energía universal, por lo cual a veces es fácil olvidar o dejar de lado nuestro contacto con la tierra, con nuestro poder personal y físico de este plano. Es importante mantener un buen contacto con la tierra y practicar nuestro enraizamiento, lo cual en términos generales significa vivir con moderación los aspectos cotidianos del mundo que nos rodea como el dinero, el sexo, la comida etc.; aprender a disfrutar de los placeres físicos sin que lleguen a dominarte; etc.
En definitiva, no perder de vista que estamos tratando de aprender Reiki para funcionar mejor en el mundo. Mundo en el que está el trabajo y sus problemas, el ruido de los autos, el bebé que llora y no nos deja meditar. Por suerte también está el Reiki, que nos abre la puerta para que esta vida cotidiana sea un poco menos agobiante.
Y en un sentido más técnico, suele hablarse de enraizamiento como referencia a la actitud de estar bien “anclados” cuando damos un tratamiento de Reiki. Es decir, imaginarnos atornillados a la tierra y atravesados por una viga dorada desde el celo, que nos mantengan bien concentrados y protegidos como canales de una poderosa fuente energética externa, con lo cual no correremos riesgos de que se pierda la unilateralidad del canal en medio de una sesión.

Reiki y dinero
Es un tema de debate y propenso a generar confusiones, por lo cual es esencial dejarlo en claro. Cuando una persona toma un curso o una sesión de Reiki, no paga por la cantidad de energía universal que recibió sino por el tiempo, la dedicación y la experiencia individual que el profesional invirtió en la enseñanza o en la canalización de esta energía.
En nuestra sociedad es necesario trabajar para poder vivir. Por lo tanto, si el practicante o Maestro de Reiki resta horas a su tiempo (de otro trabajo, familia, descanso o recreación) para poder dictar los seminarios o hacer una sesión, es justo que se le retribuya esa labor.
Se discute si es obligatorio cobrar los tratamientos, como cuestión de ética profesional. El tema deriva de una de las versiones de la historia del Reiki (ver artículo en el CD), donde se dice que Usui curó a mendigos de barrios bajos de Kyoto y, por regalarles su esfuerzo, estos no lo valoraron y a la larga volvieron a mendigar.
Los costos de los tratamientos y seminarios de iniciación varían según el sistema, el nivel que se tome y la cantidad de sesiones. Es importante aclarar es que las diferencias de precios no implican diferencias de efectividad: toda sintonización hecha por un Maestro iniciado es válida y nos conecta para siempre con Reiki, independientemente que cueste $ 100.- o $ 1000.-
Generalmente lo que se cobra de más o de menos gira en torno al lugar donde se brinda el curso, que puede ser desde una habitación en la casa del maestro, hasta un pomposo salón de Reiki en un spa de lujo, o bien a las normas éticas de una Asociación de Maestros (por lo cual muchos preferimos mantenernos como maestros independientes y decidir en cada caso concreto sobre nuestros aranceles y métodos particulares). Como sea, mientras el maestro pueda acreditar debidamente su linaje, podemos quedarnos tranquilos de que seremos perfectamente iniciados.

Grados o niveles de Reiki

Tradicionalmente Reiki se enseña en tres niveles, pero es frecuente ver sistemas que lo dividen en cuatro, y otras llegan a 7, 11, y más. Cada escuela tiene sus particularidades. El propio maestro Usui fue variando el programa de formación a lo largo de su vida a medida que ganaba experiencia.
- Nivel I: Se lo suele llamar reiki “físico” porque se hace en forma personal. Permite el autotratamiento, y el tratamiento presencial de otras personas, tocándolas o manteniendo las manos cerca. Es un Reiki simple y directo, de alguna manera “tangible”, sin técnicas avanzadas. Las sensaciones nuevas son sumamente placenteras, se “siente mucho” ya que Reiki se va abriendo canal por dentro de nosotros. Suele ser similar en todas las escuelas o sistemas. Con el nivel I se puede dar Reiki toda la vida, a uno mismo y a otras personas. Muchos la consideran la etapa más linda del Reiki, un sano despertar hacia un estado de conciencia más amplio y de serenidad interior, plagado de nuevas sensaciones.
- Nivel II: Reiki “mental”. El reiki se expresa en todo su esplendor y toma un nuevo sentido, superando las posibilidades del cuerpo físico, el tiempo y el espacio. Potencia en calidad y cantidad el poder canalizador hacia otros, lo cual repercute en el autotratamiento también. Se da al reikista una serie de técnicas basadas en símbolos y meditaciones nuevas que permiten potenciar y especificar los tratamientos. El reikista asume un rol más “activo” sin dejar de ser canal, ya que empieza a valerse de su intuición para afinar los tratamientos de casos puntuales. Pero la clave, y la diferencia real con el nivel anterior, es que Reiki trabaja de otra manera, ya que el nivel vibratorio impreso al reikista es más elevado.
- Nivel III: nivel maestro como practicante, pero sin poder iniciar a otras personas. Es una división creada para ofrecer las posibilidades de desarrollo personal que implica la maestría a quienes no podían o querían asumir el costo de la misma. Incrementa la capacidad canalizadora, mediante la iniciación y los símbolos maestros, pero no se enseña a sintonizar.
- Maestro y/o Profesor: Es la adición, al Nivel III, de las técnicas secretas y la capacidad de iniciar a otros en todos los niveles. La función básica del maestro es la de ayudar a sintonizar al alumno con la energía Reiki. Cualquier persona con la vocación suficiente puede ser Maestro de Reiki, no hacen falta más condiciones especiales que lavocación por pasar y compartir elConocimiento, y la convicción de que ese es nuestro camino de realización personal. Reiki Tera Mai no tiene Nivel III separado de la Maestría.

La iniciación en Reiki

Denju, Reiju o iniciación es el proceso en el cual el maestro introduce al alumno en el conocimiento necesario para dar Reiki, y lo ayuda para abrir una conexión permanente con la Energía Universal. El sistema de hacer iniciaciones es frecuente en las disciplinas energéticas en general, y específicamente respecto del Reiki, tiene su antecedente directo en la formación que fuera impartida a Usui en el Monte Kurama.
Hay dos formas básicas de "entrar" en la energía. La primera es el esfuerzo personal basado en el ejercicio, la meditación y la constancia, y como ejemplo vale la vida de Sensei Usui. Esta es la empleada en los yogas más elevados o en el Chi Kung. La otra es la vía iniciática: una persona que -como sea- ha alcanzado un cierto nivel en el manejo de la energía, usa sus capacidades para que otros puedan llegar incluso a su mismo nivel. Esta es la vía empleada en Reiki, y las ventajas de esta segunda opción son obvias.
Dentro de la iniciación se distinguen dos momentos: la enseñanza de las líneas generales teóricas, que ocupa la mayor parte del taller, y el proceso de “sintonización” o “alineamiento” que es la ceremonia con la que se sintoniza al alumno con la energía Reiki.
Sintonización es un buen término, ya que su función es ayudar a que el alumno conecte con Reiki y no con otra cosa o sistema energético. La iniciación “ajustará su antena” para que pueda captar y canalizar exactamente lo que consideramos Reiki.
Durante la sintonización, el maestro actúa como canal entre el alumno y Reiki. Una vez conseguida la conexión, el maestro ya no tiene más nada que hacer, ya que esta es permanente y de por vida: la energía Reiki estará con el alumno cada vez que este lo desee.

Los cinco principios

Además de la intensa práctica cotidiana, Usui recomendaba a sus alumnos la observación de unos pocos consejos de vida conocidos popularmente como los cinco principios del emperador Meiji, y que el consideraba fundamentales para ser un buen practicante.

Gokai
Enseñanzas del Usui Reiki Ryoho para el progreso espiritual
El método secreto para invitar la felicidad
La medicina espiritual para todas las enfermedades
Solo por hoy, no me enojo. No me preocupo, agradezco todo
Soy diligente y amable
Haga Gassho (meditación) cada mañana y tarde
Manténgalos en su mente y recítelos (con la boca)

Nada menos, nada más. Aquí está casi todo lo que hay que saber sobre el Reiki. Ante todo, que es a la vez una práctica y una actitud ante la vida. Al igual que con la historia del Reiki y su redescubrimiento, de la esencia contenida en estas enseñanzas se pueden encontrar decenas de versiones. La presente esta extraída de la traducción del Hikkei original.
Si bien siempre se recomienda meditar sobre estos consejos y cada uno debiera ponerles su justa medida , es bueno hacer un breve análisis:
-"Solo por hoy". La base del Reiki. No enfocarse en el pasado ni el futuro intangible. No hagamos votos eternos, quizá mañana nos falte la fuerza para cumplirlos o decidamos cambiar nuestro camino: dejamos la puerta abierta. Dicho de otra forma, ayer ya pasó y mañana aún no llega.
-"No me enojo" Enojarse o no frente a la vida cotidiana es una actitud relativamente independiente de las circunstancias concretas. Si somos capaces de no enojarnos ante situaciones enojosas, estaremos en condiciones de no desgastar nuestra energía inútilmente y desviarnos de las cosas que nos hacen bien.
-"No me preocupo" Pre-ocuparse, ocuparse antes de tiempo. Con esto todo debería quedar dicho. Otra manera de desperdiciar tiempo y energía. Cada cosa tiene su momento y su lugar. Fuera de ese tiempo y ese espacio, el esfuerzo es inútil.
-"Agradezco todo" Enfocarse siempre en lo bueno que nos ha sido dado. No poner la atención en lo que nos falta, sino en lo maravilloso que si tenemos o que nos está esperando a la vuelta de la esquina.
-“Soy diligente”. En sentido general, la mejor manera de no preocuparse es ocuparse con diligencia. En sentido particular, recomienda practicar Reiki constantemente y basar nuestro crecimiento en la experiencia personal, sin abordar el tema desde enfoques lejanos como el mero estudio teórico y/o filosófico. Autoconocimiento.
-“Soy amable”. Dar el primer paso. Ser amable con los demás y sentirnos parte del universo, extendiendo la amabilidad a todo lo que existe. Es también una forma ecológica y solidaria de pensar.

La meditación
Para Usui, estos cinco principios debían ser el punto de partida de la meditación cotidiana. Como mínimo, había que practicarla durante 21 días luego de haber recibido iniciación, antes de utilizar las técnicas en otras personas.
Meditar no es algo extraño, oculto o reservado solo a iniciados. En pocas palabras, es una formade autoconocimiento donde el método básico consiste en no hacer nada. Es decir, acallar la mente, detener el “diálogo interno” y dejarse llevar manteniendo una actitud relajada pero alerta para descifrar lo que nuestro ser interior nos va comunicando. Es como vaciarnos para ser poder ser llenados con cosas nuevas.
En nuestro caso concreto, cuando combinamos meditación con Reiki, tratamos de conectar con la energía más sutil del universo y con nuestro ser profundo para que obren recíprocamente el uno en el otro, para beneficio de ambos.
Hoy la meditación suele ser reemplazada por la práctica regular del autoreiki o autotratamiento, que nos permite ir practicando sobre nosotros mismos las técnicas que vamos a usar para tratar a otras personas. Sin embargo, son cosas diferentes y se recomienda practicar ambas.
Usui tenía predilección por la meditación Gassho, con la cual empezaba sus cursos para armonizar el espíritu con la energía del Universo. Usui se valía de ella para conectar con Reiki cotidianamente y mantenerse como canal limpio y abierto, a diferencia del autotratamiento de 21 días que se practica actualmente luego de la iniciaciónl, y que se basa fundamentalmente en el tratamiento con posiciones fijas de manos.
Las indicaciones son simples: hay que juntar ambas manos en posición de rezo y con los codos abiertos, rozar ligeramente el esternón con los pulgares, y olvidarse de todo lo demás. Llevamos la mente al bajo vientre y tratamos de mantenerla tranquila. De pie o sentados, nos ponemos cómodos. Juntamos las manos, cerramos los ojos, respiramos y tranquilizamos la mente. Nos conectamos con la energía llevando las manos al cielo. Lentamente bajamos las manos y las ponemos a la altura del corazón.
Mientras inhalamos, visualizamos que la energía entra por la coronilla y baja al bajo vientre, y que también está entrando por las palmas de las manos o las puntas de los dedos. Mientras exhalamos visualizamos que la energía esta saliendo de nosotros y se funde con el universo. En el budismo la mano izquierda representa la Luna y la derecha, el Sol, y cada dedo uno de los cinco elementos. Cuando plegamos las manos se encuentran el Sol y la Luna, así como todos los elementos. De esta manera se cierra el círculo.
La idea fundamental es la intención de conectarnos con Reiki y dejarlo fluir dentro y fuera nuestro. Puede realizarse unos pocos minutos, o todo el tiempo que nos parezca apropiado. Famoso aforismo del mundillo reikista: “Siempre es preferible un poco de Reiki que nada de Reiki”.

Reiki Tera Mai

"Reiki de la Tierra Mía" o de la "Madre Tierra"
Su fundadora, Kathleen Ann Milner, lo denomina como una síntesis moderna de la mayoría de los sistemas conocidos. Se caracteriza por la variedad de técnicas que se enseñan, fundamentalmente en el nivel II, y que aportan una amplia gama de combinaciones y posibilidades de tratamiento, permitiendo a la reikista enfocar la Energía más puntual y eficazmente.

Como todos los demás sistemas, el Reiki Tera Mai se basa en el Reiki Tradicional Usui ya que se canaliza la misma energía y maneja las técnicas básicas del mismo. La diferencia fundamental se da en el nivel II y, en menor medida, en el nivel Maestría, donde se enseñan símbolos diferentes.
Tera Mai es un sistema autónomo y a la vez articulable: cualquier persona puede iniciarse directamente en primer nivel en Reiki Tera Mai, sin necesidad de estar previamente iniciada en Usui tradicional u otro sistema. Pero además, los niveles II y Maestría Tera Mai, pueden ser tomados por personas iniciadas en cualquier otro sistema.
En el segundo nivel, junto a los símbolos Usui tradicionales de incrementar la energía, de sanación mental y conexión a distancia, los símbolos específicos de Reiki Tera Mai enfocan al reikista para tratar distintas desarmonías y afecciones concretas, como por ejemplo falta de amor por las actividades cotidianas (trabajo, deportes, etc); limpieza de bloqueos arrastrados por el karma; expulsión de enfermedades virósicas; regeneración celular; dificultades para concentrarse en el presente, insomnio y pesadillas, fatiga crónica; etc.
La fundadora del sistema Tera Mai es, como se dijo, la Sra. Kathleen Ann Milner, nacida en Arizona, Estados Unidos, quién en los años 80 y después de obtener la maestría en Reiki Usui recibió, tras intensas prácticas de meditación profunda, los símbolos y las formas iniciáticas correspondientes. Es común ver el símbolo TM o © junto al Tera Mai, ya que es una marca registrada por su fundadora.

Diversos sistemas de Reiki

Reiki es un método basado en un fenómeno superior a los caprichos humanos, por lo cual (fuera de ciertas pautas básicas y esenciales) es una necedad creer que podemos ponerle reglas, especialmente en el sentido de establecer normas fijas que garanticen que hacerlo de tal o cual forma es mejor que otras.
Esta falta de estructuras rígidas ha dado lugar a una multiplicidad de sistemas o escuelas derivados del Sistema Usui Tradicional, que en algunas líneas son bastante similares y en otras bastante distintos. Sin embargo, en cuanto a su esencia todos son iguales: se basan en la canalización de energía espiritual. Otras notas fundamentales comunes son la transmisión del método mediante iniciaciones (Denju o Reiju) en los diversos niveles, y la sugerencia de observar cotidianamente de los cinco principios de conducta de Reiki (Gokai), que veremos más adelante.
Por lo general, la enseñanza se estructura en tres niveles: I, II y Maestría. En algunos sistemas, el tercero se desdobla en Nivel III (se dan las técnicas avanzadas, pero no habilita para enseñar) y Maestría Docente.
En casi todos los casos, a la iniciación en cada nivel sigue un período depurativo mínimo de 21 días en el cual debemos practicar meditación o un autotratamiento acorde a las enseñanzas que hemos recibido. Esto se considera suficiente para adecuar el canal interior, en consonancia con lo que le pasó a Sensei Usui cuando recibió el Satori luego de 21 días de meditación.
Usui fue el primer Maestro de Reiki, y de él descienden directamente todos los maestros actuales, sea cual fuere el estilo. Cada Maestro tiene su propio Linaje, que es la línea sucesoria por la cual ha venido llegando el conocimiento del Reiki, y todos los linajes ascienden hasta Mikao Usui.
Formalmente no se reconocen como Maestros de Reiki a maestros “autoiniciados” posteriores que pudieran existir aunque se supone que nada obsta a que realmente haya gente autoiniciada en Reiki. Sin embargo, al no seguirse ritos formales no puede asegurarse de que su práctica se trate de canalización de Reiki.
Es bueno aclarar que Sensei Usui tuvo un entrenamiento de toda una vida en disciplinas energéticas y meditativas, y los 21 días de ayuno fueron la mera culminación de un largo proceso de búsqueda interior. No busquemos ingenuamente autoiniciaciones espontáneas en tres semanas, sin más trámite.
El sistema en que fui iniciado, y que por lo tanto enseño, es Reiki Tera Mai, el cual tiene su propio linaje hasta Sensei Usui, y se estructura en tres niveles. Otros sistemas y escuelas son el ya mencionado Reiki Usui Tradicional, Reiki Usui Tibetano (los dos más difundidos) Karuna Reiki, Reiki Ho original japonés, Reiki Raku Kay, Reiki Jin Kei Do, etc.
En definitiva, muchas formas diferentes de hacer lo mismo, sin que sea prudente hablar de que existan escuelas o sistemas mejores o peores. Como dice Arturo González Mata, un agudo maestro español, “quizás Reiki no funcione gracias a símbolos, iniciaciones y todas las cosas que hacemos, sino a pesar de ellas”.

Contraindicaciones

Reiki no tiene contraindicaciones en si mismo, pero conviene hacer una salvedad absolutamente derivada del sentido común. Como sistema energético es muy seguro e inocuo, solo puede hacer bien. No hay que perder de vista que la aplicación de Reiki no es más que un modo de reposición energética que tiene por efecto la armonización profunda de quien lo recibe. Eso nunca puede hacer daño por si solo.
Pero debemos tener ciertas precauciones basadas -como se dijo- en el sentido común y vinculadas, fundamentalmente, con la energía de las personas involucradas en el intercambio más que con el método en si (tanto del reikista como del receptor)
Como autotratamiento es 100% seguro, nunca podría darnos problemas estar en armonía profunda. Pero cuando damos Reiki a otros, debemos tener en cuenta algunas cosas.

En primer lugar, debemos estar con un buen nivel energético personal, tanto en cantidad como en calidad. Es decir, si no tenemos un buen día, o estamos por enfermarnos, o débiles, o con cambios hormonales o fisiológicos que nos tiran abajo energéticamente (menstruación, por ejemplo) o estamos atravesando un momento difícil en nuestras vidas, no debiéramos dar Reiki. No solo por el riesgo de recibir las energías viciadas del otro, sino porque además corremos el riesgo de no estar tan centrados espiritualmente como nuestra mente “cree”, y en vez de actuar como canales estamos pasando nuestra energía personal al receptor (lo cual, además de no ser sano para el otro, nos descarga a nosotros mismos).
Fuera de esto, personalmente entiendo que no hay mas recaudos que tomar. Sin embargo, en otras fuentes suelen citarse algunas “contraindicaciones” vinculadas al caso concreto y no a la energía misma, y que menciono a fin de que cada cual saque sus propias conclusiones en base al sentido común y la discriminación intuitiva. Las más comunes son:

*No recomiendan aplicar Reiki durante las operaciones quirúrgicas, para evitar que interfiera con los efectos de la anestesia. Es muy discutido, se supone que Reiki es sabio y no expulsará lo que nuestro cuerpo necesita, como en el caso de cuando se aplica Reiki a medicamentos para mejorar su efecto terapéutico y disminuir los efectos secundarios. Como sea, se recomienda no experimentar salvo en intervenciones sin riesgo. En todo caso, se puede dar reiki a la situación, a los médicos, a la energía del ambiente o del equipo para que todo salga de la mejor manera posible.

*Basado en un criterio similar, se recomienda ser prudentes antes de aplicar Reiki a personas con órganos trasplantados. La opinión contraria indica que nunca podría hacer daño o provocar el rechazo de lo que nuestro cuerpo necesita.

* Si hay roturas de huesos o heridas por cicatrizar, para dar energía a la zona es necesario esperar a aquellos hayan sido colocados correctamente para no favorecer procesos de sellado que puedan dar más problemas que beneficios. Con las heridas y quemaduras se aplica sin tocar la piel, desde unos centímetros de distancia.

* Por la dudas, no demos Reiki sobre marcapasos y cualquier aparato similar, sensibles a cambios de frecuencias energéticas, para evitar interferir en su funcionamiento.

* Tratándose de embarazadas, algunos recomiendan no experimentar antes de pasados los primeros meses, cuando el peligro de un aborto espontáneo haya desaparecido (por ejemplo, a partir del quinto mes de embarazo). Es muy discutido, se supone el cuerpo es sabio y estar en armonía nunca puede ser contraproducente para un embarazo. Se recomienda, como mínimo, prudencia, y no aplicar Reiki sobre la panza en forma directa (salvo autoreiki)

* En el caso de personas con problemas mentales o cualquier trastorno grave de personalidad, debemos tener mucho cuidado con las complicaciones que pudieran surgir frente a una eventual "crisis de sanación" no controlable por el reikista. Si el potencial receptor ha sido medicado en algún momento con anti-psicóticos, sería prudente evitar tratarle con Reiki.
Como veremos más adelante, las crisis de sanación que a veces acompañan a los tratamientos energéticos pueden ser molestas, pero en general no entrañan peligro alguno. Sin embargo, en trastornos graves de personalidad una "crisis" podría producir alteraciones no controlables mediante Reiki y la prudencia aconseja no tratar este tipo de dolencias.

* Finalmente, para los tratamientos a distancia, fundamentalmente para personas que no conocemos o sabemos lo que tienen (aunque esto es recomendable para todo el mundo, y para tratamientos presenciales también, ya que hace a la sustancia misma de la actitud de “canal”), actuar con el propósito definido de que el receptor "reciba la Energía en el momento adecuado" y "para lo que más le convenga, si es que le conviene recibirla".
Esto es lo que suele denominarse “pedir permiso” al Ser Superior (el alma, en términos tradicionales) del receptor, para que nos deje enviar energía espiritual. Si no “escuchamos” la respuesta intuitivamente, siempre conviene centrar la intención en el modo indicado en el párrafo anterior

Reiki y otras formas de armonizacion

A lo largo de la historia se ha demostrado que es posible para una persona equilibrar la energía de otra. Entre la multitud de métodos que existen, hoy el más popular es el Reiki.
Esta popularidad se debe a que, al decir de la mayoría de los maestros, la gran virtud del Reiki es que supera los tres escollos que caracterizan a demás los métodos de apoyo o sanación por restauración energética.
Es decir, en casi todos los métodos tradicionales surgen varios problemas: el sanador es un “donante”, ya que cede o pierde energía y se debilita. Además, si no se mantiene entrenado y atento a su trabajo, corre el riesgo de absorber la energía enferma del paciente y puede llegar a ver dañada su salud. Y lo más complejo es que, si el sanador no tiene ciertos dones o cualidades naturales especiales, necesita años de ejercicios para poder realizar esta práctica.
Ante estas dificultades, se han ido desarrollando o “recibiendo” soluciones, y el Reiki parece encarnar como la gran alterativa, el camino fácil para sortear estos tres problemas: Por un lado, el reikista es solo un canal, con lo cual no cede su energía sino solamente su tiempo como canalizador. Esto es cierto, y es una de las grandes ventajas. También es cierto que todos podemos ser reikistas,y no necesitamos condiciones especiales para canalizar (más allá de que haya personas con mejores condiciones que otras en un momento dado de la vida, como en cualquier otra práctica humana, aunque concretamente el Reiki depende mucho de la práctica regular y la capacidad de brindarse al prójimo; no es tan “elitista” o exigente de condiciones innatas como otras cosas)
Pero lo que es preocupante es la inocencia con que suele enseñarse que, por ser unilateral el canal por donde pasa la energía, el reikista que quiere dedicarse a la sanación no necesita estar entrenado. El canal puede ser unilateral, pero si el sanador no se mantiene en un alto nivel vibratorio mediante la práctica cotidiana del autotratamiento, o se toma muy a la ligera la responsabilidad de su función, esta expuesto a un intercambio intenso con las energías de mas baja frecuencia de la persona que esta tratando.
Esto no debe generar miedo en absoluto, sino plena conciencia: si uno elige el camino de ser un sanador habitual, debe mantenerse como canal limpio y abierto, no en el sentido de ser una “caña hueca” sino de mantener una tasa vibratoria alta en forma constante y cotidiana (mediante la práctica del autoreiki, meditación, tai chi chi kung, pranayamas, etc) para que las energías de baja vibración sencillamente no puedan adherirse al campo energético del reikista.

Como funciona Reiki

El propio Sensei Usui afirmaba que no estaba del todo seguro de qué manera funcionaba su método, usando conceptos como “curar con la mente de Dios o Buda”, “poder psíquico de curar” o sanar “mediante el poder intuitivo del universo”. No obstante, prefería no perder tiempo con la teoría sino limitarse a practicar y concentrarse en los resultados.
Una de las explicaciones más comprensibles del funcionamiento es imaginar que la persona del receptor (primero uno mismo, y después nuestros eventuales compañeros de práctica) es un vaso con agua turbia al cual le aplicamos agua limpia hasta que se empiece a desbordar. El agua pura se empieza a mezclar con la del vaso, y llegará un punto que ya no quedarán vestigios de impurezas.
Se supone que cuando estamos restaurados energéticamente, tendemos naturalmente a estar sanos, equilibrados, felices, serenos, etc. En cualquier caso, me remito a la actitud de Sensei Usui, que dejaba de lado los intentos de racionalizar el modo de actuar de la energía espiritual, para concentrarse en la práctica y los efectos.
Habíamos visto ya que todos los seres y cosas que existen somos diferentes concreciones de una energía prima. En este sentido, cada ser está vinculado por esta energía madre con los demás seres, y con el medioambiente en que se desarrolla. Todo lo que sucede en el universo, entonces, y todo lo que hacemos en el mundo (desde nuestras funciones vitales hasta nuestras relaciones humanas, el lugar donde vivimos, etc.) son intercambios energéticos. Por ello, suele decirse que Reiki sirve para todo.
Esto puede sonar un poco falto de moderación, pero es que realmente es asi: la canalización de Reiki consiste básicamente en una restauración energética para estimular el buen desarrollo de los procesos naturales. Si todas las cosas que hacemos en nuestra vida son intercambios energéticos, todo puede recibir Reiki para que funcione del mejor modo posible.
Ahora bien, este “funcionar del mejor modo posible” no siempre puede ser equivalente a “funcionar del modo que se nos antoja”. No es aconsejable ilusionarnos con obtener de Reiki un resultado concreto, pero también es cierto que podemos esperar cualquier cosa, en el mejor de los sentidos.
En fin, cada cual deberá ir avanzando en su propio camino, con confianza en que el universo suele proveer todo lo que necesitamos si estamos suficientemente abiertos para aceptarlo de esa manera y desapegarnos de resultados concretos.
Algunos ejemplos de aplicación de Reiki en diversos planos vinculados con la calidad de vida: aliviar dolores, lesiones, sobrepeso, hábitos dañinos, estrés, insomnio, metas laborales concretas, ansiedad, infelicidad, tristeza, armonía espiritual, paz y equilibrio, sentirse "Mas cerca de Dios" etc.

Origen del Reiki

Las técnicas en que se basa lo que hoy conocemos como Reiki existen desde tiempos inmemoriales. Hay elementos que indican que este conocimiento fue adquirido de algún modo por las más antiguas civilizaciones, y en todo el mundo. Los primeros datos históricos se encuentran en una serie de libros sagrados Budistas (fundamentalmente el Sutra del Loto, datado alrededor del año 400 a. c.).
Se dice que el Reiki que practicamos en la actualidad fue “redescubierto” y sistematizado por un místico japonés, Sensei Mikao Usui, alrededor del año 1920, cuando luego de meditar y ayunar durante 21 días en el Monte Kurama, lugar sagrado para los japoneses, tuvo un momento de iluminación o satori donde recibió la iniciación y las técnicas.
Esta es una historia es cierta pero un poco simplista (por no decir ingenua) y no hace honor al mérito y esfuerzo de Sensei Usui. Si bien es una de las versiones más difundidas, revisiones históricas actuales indican que el método no fue redescubierto sino verdaderamente desarrollado por Sensei Usui después de toda un vida dedicada a las prácticas energéticas y espirituales, y que el satori que tuvo en monte Kurama no fue sino la experiencia mística que coronó su camino, donde terminó de comprender o intuir el modo de sistematizarlo y transmitirlo a otras personas (es decir, el uso de símbolos y tecnicas, sonidos para enfocar la energía que se invoca, y efectuar las sintonizaciones para que otras personas puedan canalizar Reiki de modo rápido y sin demasiado entrenamiento)Sensei Mikao Usui fue el primer Maestro del método, al que bautizó como “Usui Reiki Ryoho”, (Método Reiki de Usui), después de toda una vida dedicada a la búsqueda y muchos años de estudios en la India, Japón y Tibet.
Usui fue un místico japonés, que desde niño empezó a interesarse por las enseñanzas y la
historia de Gautama Siddharta el Buda, anhelando la búsqueda de la verdad y de la iluminación; así como en las formas de sanación con energía.
Aun así nació en Usui un gran interés en el método de sanación del Buda, lo que le llevó a
hacer largos viajes, primero en su país natal y más tarde por China e India, donde visitaba templos y consultaba ciertos manuscritos, en especial los Sutras Tibetanos del Loto, donde encontró una forma teórica del método y unos símbolos sagrados; pero todo se quedaba en una mera teoría pues en la práctica no conseguía los efectos deseados.
Tras largos periodos de infructuosa búsqueda y sacrificada peregrinación, su interés no sólo no
se desvaneció, sino que se acrecentó, por lo que decidió volver a Japón y continuar allí su trabajo. Usui se encontraba muy cerca de ver sus esfuerzos coronados con el éxito.
Aconsejado por un amigo suyo, abad de un templo en la ciudad de Kyoto, Usui se retiró al
monte sagrado Kurama, para ayunar y meditar, decidiendo no volver hasta haber alcanzado su
objetivo.
Una vez allí, colocó 21 guijarros los cuales arrojaba uno cada día para controlar el tiempo
transcurrido y decidió comenzar su retiro. Al amanecer del vigésimo primer día, de repente, entró en un estado de supraconsciencia conocido como Satori apareciendo ante él una luz blanca sobre la que destacaban en oro los símbolos que había descubierto en los textos tibetanos, transmitiéndole al mismo tiempo el poder y la forma práctica de utilizarlos. Cuando recuperó la consciencia se sentía pleno de una nueva y poderosa energía. Así es como quedó iniciado en esta forma de transmisión de energía que él mismo bautizó con el nombre de Reiki.
Usui se casó con Sadako Suzuki y tuvo dos hijos. Murió el 9 de Marzo de 1926 tras un infarto
en Fukuyama. Su cuerpo se encuentra enterrado actualmente en el templo budista Saihoji en la ciudad de Tokyo. Sobre su lápida funeraria se haya grabada la historia de su vida, algunos de los principales sucesos se acaban de resumir aquí.

Energía vital

Energía es la “cosa” que subyace a todas las cosas, es la materia prima de que está hecho todo lo que existe en el Universo. Los Maestros iluminados tambien suelen llamarla, lisa y llanamente, AMOR. Esta energía vibra en diferentes frecuencias, cuanto más baja o lenta es la tasa de vibración, más densa es la energía y viceversa. En líneas generales, podemos decir que el mundo físico que conocemos es energía vibrando a tasas bajas, y lo que entendemos por “mente”, “espíritu” o conceptos por el estilo, son concreciones de energía vibrando a tasas más altas. Pero en todos los casos estamos hablando de la MISMA materia prima.
Todas las culturas ancestrales, tanto orientales como occidentales, consideran que en el universo existe una Fuente o Energía “madre” de la cual derivan todas las cosas de la realidad. Todo lo que existe surge de esta energía, concretada de diferentes modos y que termina formando todas las cosas.
Es el Ki japonés, el Prana de los hindúes, el Chi de los chinos, el Pneuma de los griegos,y la lista podría seguir un buen rato.
A partir de los grandes descubrimientos físicos de los siglos XIX y XX, se sabe que lo que llamamos “materia sólida” esta compuesta principalmente por vacío atravesado por las órbitas de las partículas que componen los átomos. Y descubrimientos más actuales vinculados a la física y mecánica cuánticas no solo confirman hallazgos anteriores, sino que además dan pasos agigantados hacia la prueba de un origen único de toda la energía y cosas que existen en el universo, donde cada partícula subatómica esta tan íntimamente conectada con todas las demás, que se duda de que exista una separación real entre todo lo que suponemos “existe”.
En síntesis, conforme nos dicen nuestros ancestros y nuestros más brillantes y actualizados científicos, desde la más remota estrella hasta las plantas y animales de nuestro planeta, el aire, el agua y el fuego, y nosotros mismos, todo en el universo esta hecho de la misma energía.
La canalización de Reiki es un fenómeno natural basado en la capacidad que tenemos todos los seres de atraer hacia nosotros, atesorar y proyectar diversas frecuencias de esta energía dispersa en el universo, que si bien “metodológicamente” puede parecer externa, en verdad todos somos parte de ella,estamos formados e interpenetrados por un complejo entramado de fuerzas y frecuencias diferentes de la misma energía vital.

Que es Reiki?

Hay una pregunta habitual en boca de quien se acerca por primera vez a Reiki y se ocupó de buscar algo de información..."Reiki es un tipo especial de energía o es un sistema de técnicas?" Y la respuesta apropiada sería "Es un nombre que se dio ambas cosas".
En cuanto a su esencia o sustancia, Reiki es energía sutil y de elevada vibración. Traducido literalmente, es “Energía Vital Espiritual”. A medida que avancemos, veremos que este enfoque es más apropiado y menos limitante que el segundo, pero también es cierto que si buscamos una comprensión intelectual del asunto, esta definición no nos dice mucho.
Por eso, suele abordárselo inicialmente desde el otro punto de vista, consideraándoselo una especie de síntesis entre una técnica de armonización energética y una forma de ver la vida, pudiendo asimismo ser, para muchos un verdadero camino de desarrollo personal basado en el respeto al prójimo y a uno mismo, la solidaridad, la buena voluntad, etc.
Pero a poco de avanzar en el tema,nos irdemos dando cuenta que la respuesta o enfoque apropiados era el otro, ya que es muy dificil intelectualizar sobre la sustancia de este fenómeno vital. Reiki es una experiencia absolutamente vivencial, donde al cabo de un tiempo no hay mejor maestro que la intuición que iremos desarrollando. Es algo que debe ser sentido en uno mismo, y no alcanza con ser explicado o estudiado desde la pura teoría.

Reiki, vimos, significa literalmente Energía Universal Espiritual, y es el nombre que se dio en Japón a la frecuencia vibratoria de la energía cósmica con que se trabaja en esta práctica, donde Rei es “espíritu”, y Ki es la “energía universal”. En la actualidad, la palabra Reiki se usa indistintamente para designar a la energía y al sistema mediante el cual se la manipula y canaliza.
Como método, Reiki es una práctica mediante la cual somos capaces de participar voluntariamente del fenómeno antedicho, activando nuestra aptitud natural de captar y utilizar diversas frecuencias de la energía universal que forma parte de nosotros, como de todas las cosas que existen.
La práctica de Reiki consiste en sintonizar y canalizar esta frecuencia concreta, sumamente sutil y elevada, energía universal espiritual en estado puro o indeterminado, para atesorarla en nosotros mismos o equilibrar la energía de otra persona o cosa. Es decir, de alguna manera actuamos como si fuéramos un aparato de radio, captando una señal o frecuencia específica, atesorándola y/o retransmitiéndola.
El efecto general de este proceso es la restauración, en mayor o menor medida (dependiendo de muchos factores, entre lo cuales el “deseo sanador” del reikista es uno de los menos importantes) de la armonía general del receptor, generando en él predisposición para alcanzar el estado de equilibrio que debiera tener en estado natural. Así se favorece, entre otras cosas, el estado de buena salud, estimulando las capacidades naturales que todos tenemos para proveernos autosanación a todo nivel: físico, psíquico y espiritual.

Los resultados que acarrea esta predisposición siempre serán buenos, pero en cuanto a su exteriorización concreta, son impredecibles (en el mejor de los sentidos, por cierto). Es importante desapegarse o desentenderse de los resultados que pueda tener la aplicación de Reiki. Siempre será buenos, no hay contraindicaciones sustanciales, pero cualquier proceso curativo o armonizador no depende de la intención del reikista sino de lo que el RECEPTOR ESTA DISPUESTO A HACER CON LO QUE RECIBE.
El uso más generalizado de Reiki es como método para favorecer la autosanación, al punto que la organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a Reiki como Terapia Alternativa. Pero nosotros debemos ser prudentes al extremo y no caer en el error de considerar que Reiki es medicina. Debemos ser estrictos con esto, y bajo ningún concepto pretender sustituir un tratamiento médico con Reiki. Como contrapartida, tampoco debiéramos dejar de acompañar un tratamiento con Reiki, ya que estamos ayudando al paciente a fortalecerse y hacer frente a su dolencia con energía interior.
Los resultados que suelen verificarse permiten afirmar que la aplicación de Reiki cumple un papel activo en estos procesos autocurativos. Su uso puede ser específico, para dolencias puntuales, o general para crear armonía. En ningún caso se administra sustancia o medicamento alguno, y no hace falta que el receptor se quite la vestimenta. Tampoco es indispensable hacer contacto físico.
Es importante remarcar que cualquier persona puede dar, recibir y/o enseñar Reiki. Es decir, no es un "don" especial para privilegiados sino una técnica que se aprende en unas pocas sesiones, y en la cual se avanza a través de la práctica cotidiana. Una vez iniciados, podemos dar Reiki toda la vida, la capacidad de canalizar no se pierde nunca más.
Reiki no tiene ningún tipo de afinidad religiosa. Es usado por Cristianos, Musulmanes, Budistas y hasta Ateos en todo el mundo. Tampoco tiene una estructura formal, ni jerarquías ni creencias obligatorias. Es una ingeniosa mezcla entre una técnica práctica y eficaz para equilibrarnos energéticamente, y un modo de vivir y ver la vida.