domingo, 17 de mayo de 2009

Reiki cotidiano

Los 21 días iniciales
A la sintonización en cualquiera de los niveles sigue un proceso depurativo de 21 días (como mínimo, podemos extenderlo si lo creemos conveniente) de meditación y/o autotratamiento, luego de lo cual podremos empezar a dar Reiki a otras personas en base a la preparación que hemos recibido y a la experiencia personal que hemos acumulado durante el período depurativo. Se recomienda que para dar Reiki a personas extrañas a nuestro circulo habitual, o cercanas pero con manifiestos bloqueos energéticos, estos 21 días se extiendan un poco más, y que si nos gusta dar Reiki a otros lo hagamos sin miedo pero manteniendo la conducta del autotratamiento cotidiano.
Este lapso de 21 días es lo que verdaderamente nos va a terminar de abrir y proteger como canales. La sintonización inicial que hace el maestro solamente sirve para que podamos conectar de forma sencilla y segura con Reiki, pero la conexion y depuración definitiva depende de nuestro propio trabajo. Una vez finalizado también nos encontramos formalmente habilitados para iniciarnos en el segundo nivel, aunque es prudente esperar cuando menos unos meses para que se asiente el nuevo nivel vibratorio.

El Reiki en la vida diaria
Asumir el Reiki como forma de ver la vida no representa en verdad demasiado esfuerzo. Las sugerencias fundamentales son simples: tratar de enfocarnos en que todo lo que hacemos sea solo por hoy, sin votos eternos; en base a esto tratar de cumplir los cinco principios; y finalmente tratar de continuar de manera más o menos regular con meditaciones, tratamientos o autotratamientos, que nos mantengan limpios y abiertos. Respecto de la conexión no debemos preocuparnos ya que no se cortará nunca. Podemos dejar de hacer Reiki por años, y cuando decidamos retomar estará ahí esperándonos.
Otras formas de acompañar el proceso que el Reiki hace en nosotros es acomodar algunos hábitos cotidianos para tratar de que nuestro crecimiento sea armónico en todos los niveles. Concretamente se recomienda asumir una actitud responsable frente a nuestra salud, en base a una mejora en la dieta y en los tiempos que destinamos a nuestro descanso. Aclaro que esto no es Reiki ni tiene nada que ver con la canalización, pero puede ser una buena herramienta para incorporarlo a la vida cotidiana.

Enraizamiento, el “sexto principio”
Este es, a mi criterio, un concepto a tener tan en cuenta como uno más de los principios del Emperador Meiji.
Enraizamiento significa básicamente dos cosas: por un lado, y en un sentido amplio, no perder pie con la vida “anterior”, con el mundo acelerado en que estábamos inmersos antes de iniciarnos en este sistema, y cuyo ritmo ahora -desde Reiki- podemos llegar a ver con cierto desencanto o desaprobación.
El trabajo con Reiki es una conexión muy sutil con la energía universal, por lo cual a veces es fácil olvidar o dejar de lado nuestro contacto con la tierra, con nuestro poder personal y físico de este plano. Es importante mantener un buen contacto con la tierra y practicar nuestro enraizamiento, lo cual en términos generales significa vivir con moderación los aspectos cotidianos del mundo que nos rodea como el dinero, el sexo, la comida etc.; aprender a disfrutar de los placeres físicos sin que lleguen a dominarte; etc.
En definitiva, no perder de vista que estamos tratando de aprender Reiki para funcionar mejor en el mundo. Mundo en el que está el trabajo y sus problemas, el ruido de los autos, el bebé que llora y no nos deja meditar. Por suerte también está el Reiki, que nos abre la puerta para que esta vida cotidiana sea un poco menos agobiante.
Y en un sentido más técnico, suele hablarse de enraizamiento como referencia a la actitud de estar bien “anclados” cuando damos un tratamiento de Reiki. Es decir, imaginarnos atornillados a la tierra y atravesados por una viga dorada desde el celo, que nos mantengan bien concentrados y protegidos como canales de una poderosa fuente energética externa, con lo cual no correremos riesgos de que se pierda la unilateralidad del canal en medio de una sesión.

Reiki y dinero
Es un tema de debate y propenso a generar confusiones, por lo cual es esencial dejarlo en claro. Cuando una persona toma un curso o una sesión de Reiki, no paga por la cantidad de energía universal que recibió sino por el tiempo, la dedicación y la experiencia individual que el profesional invirtió en la enseñanza o en la canalización de esta energía.
En nuestra sociedad es necesario trabajar para poder vivir. Por lo tanto, si el practicante o Maestro de Reiki resta horas a su tiempo (de otro trabajo, familia, descanso o recreación) para poder dictar los seminarios o hacer una sesión, es justo que se le retribuya esa labor.
Se discute si es obligatorio cobrar los tratamientos, como cuestión de ética profesional. El tema deriva de una de las versiones de la historia del Reiki (ver artículo en el CD), donde se dice que Usui curó a mendigos de barrios bajos de Kyoto y, por regalarles su esfuerzo, estos no lo valoraron y a la larga volvieron a mendigar.
Los costos de los tratamientos y seminarios de iniciación varían según el sistema, el nivel que se tome y la cantidad de sesiones. Es importante aclarar es que las diferencias de precios no implican diferencias de efectividad: toda sintonización hecha por un Maestro iniciado es válida y nos conecta para siempre con Reiki, independientemente que cueste $ 100.- o $ 1000.-
Generalmente lo que se cobra de más o de menos gira en torno al lugar donde se brinda el curso, que puede ser desde una habitación en la casa del maestro, hasta un pomposo salón de Reiki en un spa de lujo, o bien a las normas éticas de una Asociación de Maestros (por lo cual muchos preferimos mantenernos como maestros independientes y decidir en cada caso concreto sobre nuestros aranceles y métodos particulares). Como sea, mientras el maestro pueda acreditar debidamente su linaje, podemos quedarnos tranquilos de que seremos perfectamente iniciados.

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