domingo, 17 de mayo de 2009

Que es Reiki?

Hay una pregunta habitual en boca de quien se acerca por primera vez a Reiki y se ocupó de buscar algo de información..."Reiki es un tipo especial de energía o es un sistema de técnicas?" Y la respuesta apropiada sería "Es un nombre que se dio ambas cosas".
En cuanto a su esencia o sustancia, Reiki es energía sutil y de elevada vibración. Traducido literalmente, es “Energía Vital Espiritual”. A medida que avancemos, veremos que este enfoque es más apropiado y menos limitante que el segundo, pero también es cierto que si buscamos una comprensión intelectual del asunto, esta definición no nos dice mucho.
Por eso, suele abordárselo inicialmente desde el otro punto de vista, consideraándoselo una especie de síntesis entre una técnica de armonización energética y una forma de ver la vida, pudiendo asimismo ser, para muchos un verdadero camino de desarrollo personal basado en el respeto al prójimo y a uno mismo, la solidaridad, la buena voluntad, etc.
Pero a poco de avanzar en el tema,nos irdemos dando cuenta que la respuesta o enfoque apropiados era el otro, ya que es muy dificil intelectualizar sobre la sustancia de este fenómeno vital. Reiki es una experiencia absolutamente vivencial, donde al cabo de un tiempo no hay mejor maestro que la intuición que iremos desarrollando. Es algo que debe ser sentido en uno mismo, y no alcanza con ser explicado o estudiado desde la pura teoría.

Reiki, vimos, significa literalmente Energía Universal Espiritual, y es el nombre que se dio en Japón a la frecuencia vibratoria de la energía cósmica con que se trabaja en esta práctica, donde Rei es “espíritu”, y Ki es la “energía universal”. En la actualidad, la palabra Reiki se usa indistintamente para designar a la energía y al sistema mediante el cual se la manipula y canaliza.
Como método, Reiki es una práctica mediante la cual somos capaces de participar voluntariamente del fenómeno antedicho, activando nuestra aptitud natural de captar y utilizar diversas frecuencias de la energía universal que forma parte de nosotros, como de todas las cosas que existen.
La práctica de Reiki consiste en sintonizar y canalizar esta frecuencia concreta, sumamente sutil y elevada, energía universal espiritual en estado puro o indeterminado, para atesorarla en nosotros mismos o equilibrar la energía de otra persona o cosa. Es decir, de alguna manera actuamos como si fuéramos un aparato de radio, captando una señal o frecuencia específica, atesorándola y/o retransmitiéndola.
El efecto general de este proceso es la restauración, en mayor o menor medida (dependiendo de muchos factores, entre lo cuales el “deseo sanador” del reikista es uno de los menos importantes) de la armonía general del receptor, generando en él predisposición para alcanzar el estado de equilibrio que debiera tener en estado natural. Así se favorece, entre otras cosas, el estado de buena salud, estimulando las capacidades naturales que todos tenemos para proveernos autosanación a todo nivel: físico, psíquico y espiritual.

Los resultados que acarrea esta predisposición siempre serán buenos, pero en cuanto a su exteriorización concreta, son impredecibles (en el mejor de los sentidos, por cierto). Es importante desapegarse o desentenderse de los resultados que pueda tener la aplicación de Reiki. Siempre será buenos, no hay contraindicaciones sustanciales, pero cualquier proceso curativo o armonizador no depende de la intención del reikista sino de lo que el RECEPTOR ESTA DISPUESTO A HACER CON LO QUE RECIBE.
El uso más generalizado de Reiki es como método para favorecer la autosanación, al punto que la organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a Reiki como Terapia Alternativa. Pero nosotros debemos ser prudentes al extremo y no caer en el error de considerar que Reiki es medicina. Debemos ser estrictos con esto, y bajo ningún concepto pretender sustituir un tratamiento médico con Reiki. Como contrapartida, tampoco debiéramos dejar de acompañar un tratamiento con Reiki, ya que estamos ayudando al paciente a fortalecerse y hacer frente a su dolencia con energía interior.
Los resultados que suelen verificarse permiten afirmar que la aplicación de Reiki cumple un papel activo en estos procesos autocurativos. Su uso puede ser específico, para dolencias puntuales, o general para crear armonía. En ningún caso se administra sustancia o medicamento alguno, y no hace falta que el receptor se quite la vestimenta. Tampoco es indispensable hacer contacto físico.
Es importante remarcar que cualquier persona puede dar, recibir y/o enseñar Reiki. Es decir, no es un "don" especial para privilegiados sino una técnica que se aprende en unas pocas sesiones, y en la cual se avanza a través de la práctica cotidiana. Una vez iniciados, podemos dar Reiki toda la vida, la capacidad de canalizar no se pierde nunca más.
Reiki no tiene ningún tipo de afinidad religiosa. Es usado por Cristianos, Musulmanes, Budistas y hasta Ateos en todo el mundo. Tampoco tiene una estructura formal, ni jerarquías ni creencias obligatorias. Es una ingeniosa mezcla entre una técnica práctica y eficaz para equilibrarnos energéticamente, y un modo de vivir y ver la vida.

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